El economista estadounidense William F. Sharpe identificó tres criterios que definen una clase de activo: seguridad, rentabilidad y disponibilidad. Aunque todos los inversores tienen sus propias prioridades, la seguridad sigue siendo el aspecto más valorado. No obstante, conocer a fondo los diferentes activos de inversión te permite tomar decisiones más alineadas con cada uno de tus objetivos financieros y personales.
Tipos de inversiones en activos
En el mercado actual existen múltiples clases de activos a disposición del inversor particular. Mientras algunas son tradicionales y ampliamente conocidas, otras se consideran inversiones alternativas ya que ofrecen oportunidades distintas en función del perfil de riesgo.
En Hausera hemos hecho una pequeña selección de los diferentes activos, para que de esta forma tengas una visión general de las principales opciones de inversión:
Productos bancarios clásicos
Los productos tradicionales ofrecidos por bancos, cajas y aseguradoras incluyen cuentas de ahorro, productos del mercado monetario y seguros de vida con componente de ahorro. Aunque suelen ser percibidos como seguros, su baja rentabilidad puede incluso generar pérdidas a causa de la inflación.
Cuenta de ahorro
Aunque su nivel de riesgo es muy bajo, los intereses actuales suelen estar por debajo del crecimiento de los precios. El resultado es que tu dinero pierde valor con el tiempo.
Mercado monetario
Este mercado proporciona liquidez a corto plazo a bancos y entidades financieras. Para el inversor particular, se traduce en opciones como:
- Cuenta remunerada: Permite disponer del dinero en cualquier momento, con intereses generalmente superiores a los de una cuenta corriente. Ideal para mantener liquidez, aunque los intereses pueden variar.
- Depósito a plazo (o depósito a tipo fijo): Ofrece una rentabilidad fija durante un periodo determinado. No permite retirar el dinero antes del vencimiento, pero a cambio ofrece un tipo de interés mayor.
- Seguros de vida con ahorro: Muy populares como herramienta de planificación para la jubilación. Sin embargo, los bajos tipos de interés actuales reducen considerablemente su rentabilidad potencial. Aquellos contratos antiguos, firmados hace años, pueden ser aún rentables.
Valores y mercado de capitales
El mercado de capitales, a diferencia del monetario, se caracteriza por productos con mayor potencial de rentabilidad pero también mayor riesgo. Entre las principales opciones encontramos:
Acciones
Representan participaciones en empresas. El accionista se beneficia del aumento en el valor de la acción y del reparto de dividendos. Las acciones ordinarias otorgan derecho a voto en juntas, mientras que las preferentes no, aunque suelen ofrecer mejores dividendos. Históricamente, las acciones han proporcionado una rentabilidad media anual real del 7 %.
Bonos (o renta fija)
Instrumentos de deuda emitidos por empresas o gobiernos. El comprador presta dinero y recibe intereses. Los bonos suelen ser más estables que las acciones, pero su rendimiento depende de la solvencia del emisor, valorada a través de ratings como AAA, AA, BBB, etc. Atención: un buen rating no garantiza la ausencia de riesgo.
Fondos de inversión
Vehículos gestionados por profesionales que invierten en una cesta diversificada de activos. Aunque los fondos de inversión tienen comisiones más altas, resultan ideales para quienes no desean gestionar inversiones de forma directa.
ETFs
Fondos indexados que replican el comportamiento de índices como el IBEX 35 o el S&P 500. Son más económicos que los fondos tradicionales y permiten diversificación con comisiones muy reducidas.
Certificados
Productos derivados complejos que solo deberían usarse por inversores expertos. Replican la evolución de activos subyacentes, pero implican riesgos elevados, incluida la posibilidad de perder toda la inversión si el emisor quiebra.
Inversiones inmobiliarias
El ladrillo sigue siendo una de las opciones favoritas para los inversores españoles. Aunque requiere mayor compromiso inicial, puede generar rendimientos estables a medio y largo plazo.
Compra directa
Comprar una vivienda o local comercial para alquilar o revender. Exige conocimientos, dedicación y recursos, pero ofrece control total sobre el activo.
Acciones inmobiliarias
Participar en empresas del sector inmobiliario, como promotoras o gestoras patrimoniales. Su cotización fluctúa como cualquier acción, por lo que comparten sus riesgos y oportunidades.
Fondos inmobiliarios
Existen fondos abiertos, que permiten invertir en múltiples propiedades y ofrecen liquidez, y fondos cerrados, que suelen invertir en proyectos concretos y conllevan menos flexibilidad. Estos últimos son menos recomendables para pequeños inversores por su riesgo y falta de acceso a capital.
Plataformas de inversión online
Frente al modelo clásico de compra directa, plataformas de inversión como Hausera permiten invertir en el sector inmobiliario a través de una fórmula innovadora y flexible. A través de la plataforma, el inversor accede a proyectos seleccionados, con posibilidad de participar desde importes accesibles y sin necesidad de gestionar la propiedad. Esta opción combina la seguridad del activo inmobiliario con la agilidad de los entornos digitales, y representa una forma moderna de diversificar la cartera con un enfoque tangible y transparente.
Inversiones alternativas
Fuera de los activos tradicionales, existen otras posibilidades que pueden diversificar una cartera de inversión.
Materias primas
Inversiones en oro, petróleo, gas natural, productos agrícolas, etc. Son resistentes a la inflación y a crisis de mercado. Aunque el oro se puede almacenar fácilmente, otros recursos generan costes de almacenamiento. Por eso, muchos inversores acceden a este tipo de activos a través de productos financieros.
Private equity
Participación directa en empresas no cotizadas. Requiere altos conocimientos y capital significativo. Es una opción para inversores profesionales que buscan participar en empresas con alto potencial de crecimiento.
Hedge funds
También concidos como fondos de cobertura, estos fondos de inversión que usan estrategias complejas y no convencionales. Pueden ofrecer alta rentabilidad, pero también están expuestos a riesgos elevados. No son recomendables para el inversor medio.
Conclusión: elegir la inversión adecuada
Las posibilidades de inversión son amplísimas y cada clase de activo tiene sus ventajas e inconvenientes. La mejor elección dependerá del equilibrio que cada inversor quiera alcanzar entre seguridad, rentabilidad y liquidez. Una vez definidas estas prioridades, se podrá diseñar una estrategia personalizada, conocida como asset allocation o distribución de activos.
Para quienes comienzan a invertir, los fondos de inversión o los ETF son una excelente forma de iniciarse en el mundo financiero sin necesidad de recurrir a gestores profesionales.
Comparativa de inversiones: cómo elegir la clase de activo adecuada