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Venture Capital: qué son los fondos de capital riesgo y cómo funcionan

¿Has oído hablar del Venture Capital pero no sabes exactamente qué es ni cómo funciona? Este tipo de fondos de inversión, también conocidos como fondos de capital riesgo, se han consolidado como una de las principales vías de financiación para startups innovadoras con alto potencial de crecimiento. Pero, ¿en qué consiste realmente este modelo? ¿Quién puede invertir en él? ¿Y qué riesgos o beneficios implica?

¿Qué es el Venture Capital?

Un fondo de Venture Capital (VC) es un vehículo de inversión que canaliza capital privado hacia startups o empresas en fases tempranas de desarrollo. El capital riesgo es una modalidad dentro del Private Equity, enfocada en negocios jóvenes que aún no cotizan en bolsa.

El inversor de capital riesgo aporta fondos a cambio de una participación en la empresa, además de obtener derechos estratégicos y de decisión. Su objetivo es claro: multiplicar el valor de su participación y venderla más adelante con una plusvalía significativa.

Existen fondos especializados por sectores, como tecnología, fintech, movilidad o salud, y otros que se enfocan en determinadas fases del crecimiento empresarial.

Fases de inversión en capital riesgo

Los fondos de capital riesgo no invierten en cualquier momento del ciclo de vida de una empresa. Suelen centrarse en fases concretas del crecimiento, dependiendo del grado de madurez del negocio y del riesgo que estén dispuestos a asumir. Estas son las tres etapas más habituales en las que puede intervenir un fondo de Venture Capital:

  1. Seed (fase semilla): es la etapa más temprana, cuando la empresa apenas tiene un prototipo o una idea validada. Se utiliza el capital para desarrollar el producto mínimo viable y realizar estudios de mercado iniciales.
  2. Startup: en esta fase, la empresa ya ha lanzado su producto o servicio al mercado y busca tracción. Es aquí donde muchos fondos de Venture Capital comienzan a invertir, una vez que se ha demostrado el potencial del modelo de negocio, lo que se conoce como proof of concept.
  3. Later stage (fase de expansión): la empresa ha consolidado su modelo, genera ingresos recurrentes y busca escalar, ya sea ampliando equipo, entrando en nuevos mercados o internacionalizándose.

La mayoría de los fondos invierten a partir de la segunda fase, en lo que se denominan rondas de financiación Serie A (para impulsar el crecimiento inicial) o Serie B (para acelerar la expansión). En estas rondas se capta capital más significativo con vistas a multiplicar el valor de la compañía en pocos años.

Sectores más atractivos para el capital riesgo

En los últimos años, los fondos de Venture Capital han concentrado sus inversiones en sectores innovadores como el software, la movilidad, las fintech, las energías limpias y la biotecnología. Estas áreas destacan por su potencial de escalabilidad y por estar en el centro de la transformación digital y sostenible de la economía.

Ventajas y riesgos del Venture Capital

Invertir en startups a través de fondos de capital riesgo implica asumir un riesgo elevado. La mayoría de las nuevas empresas no alcanzan la rentabilidad esperada, por lo que el modelo de estos fondos se basa en que unas pocas operaciones exitosas compensen las pérdidas de las demás.

Además, los costes asociados son muy elevados. Al tratarse de fondos gestionados de forma activa, suelen implicar:

En conjunto, los costes totales pueden superar fácilmente el 10% del capital invertido. A esto se suma que los fondos de VC exigen compromisos a largo plazo, con horizontes de inversión que van de 3 a 10 años.

¿Pueden invertir los particulares en fondos de capital riesgo?

En la práctica, los VC tradicionales están pensados para grandes patrimonios o inversores institucionales. La inversión mínima en un fondo individual puede empezar en 5.000€, pero lo habitual son cantidades a partir de 100.000€.

Los fondos de fondos (también llamados fondos de fondos de capital riesgo) diversifican el riesgo entre varios fondos VC, pero exigen aún más capital y tienen comisiones incluso más altas.

Alternativas de inversión para los pequeños inversores?

Acciones de sociedades de capital riesgo

Una alternativa para el pequeño inversor es adquirir acciones de compañías de capital riesgo cotizadas en bolsa. En España y Europa existen algunas, aunque son pocas. Sin embargo, estas empresas también se enfrentan a problemas de transparencia y regulación que pueden dificultar su evolución bursátil. No siempre son rentables ni fáciles de seguir desde el punto de vista del inversor minorista.

Crowdfunding en startups

El crowdfunding permite a pequeños inversores apoyar el crecimiento de startups aportando capital a cambio de participaciones en la empresa. A través de plataformas especializadas, es posible invertir desde cantidades reducidas, normalmente a partir de 250 €, lo que convierte esta fórmula en una alternativa más accesible frente a los fondos de capital riesgo tradicionales.

Eso sí, el riesgo sigue siendo elevado: muchas startups no llegan a consolidarse, y existe la posibilidad de perder toda la inversión. Además, con el tiempo puede producirse una dilución de la participación inicial, ya que nuevas rondas de financiación pueden reducir el porcentaje de propiedad de los primeros inversores.

¿Existen otras alternativas al Venture Capital?

Si prefieres evitar el alto riesgo de las startups, puedes optar por fondos de inversión que se centran en empresas consolidadas. Los fondos de Private Equity invierten en grandes empresas no cotizadas, adquiriendo participaciones significativas para optimizar su gestión y venderlas con beneficios.

Otra opción más líquida es invertir directamente en acciones de empresas cotizadas. Permiten comprar y vender en cualquier momento y ofrecen mayor transparencia y control sobre la evolución de la inversión. Aunque la rentabilidad potencial es menor que en el Venture Capital, el riesgo también lo es.

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