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Los riesgos de los fondos de inversión alternativos

Los fondos de inversión alternativos (AIF) son instrumentos financieros que permiten a los inversores acceder a activos tangibles o estrategias que, por su naturaleza, no están disponibles en los fondos tradicionales. Los AIF incluyen fondos inmobiliarios, de infraestructuras, capital privado, materias primas o incluso vehículos como barcos y aeronaves. Aunque ofrecen oportunidades de diversificación y altas rentabilidades, estos fondos también conllevan riesgos significativos.

A diferencia de los fondos tradicionales regulados bajo la Directiva OGAW de la Unión Europea, los AIF operan bajo la Directiva de Gestores de Fondos de Inversión Alternativos (AIFMD), que fue introducida tras la crisis financiera de 2008 para establecer un marco regulador específico para esta clase de activos.

Regulación de los AIF en España

En España, los fondos de inversión alternativos están regulados por la Ley 22/2014, que incorpora la Directiva AIFMD al marco normativo español. Este marco tiene como objetivo garantizar la protección del inversor y aumentar la transparencia en la gestión de estos fondos, especialmente en un mercado históricamente asociado a una menor supervisión.

A continuación os detallamos los aspectos más destacados de la regulación de los fondos de inversión alternativa:

  • Supervisión: los AIF están supervisados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que asegura que las gestoras de estos fondos cumplan con los requisitos legales y proporcionen información adecuada a los inversores.
  • Gestoras de fondos: las gestoras, conocidas como Sociedades Gestoras de Instituciones de Inversión Colectiva (SGIIC), deben cumplir estrictos requisitos de autorización y control. Además, estas sociedades pueden ser gestoras internas, donde la propia gestora gestiona el fondo, o externas cuando la gestión se delega a un tercero.
  • Clasificación de fondos: los AIF se dividen en:
    • Fondos abiertos: permiten entradas y salidas constantes de capital.
    • Fondos cerrados: tienen un capital fijo y limitan la liquidez, ya que los inversores no pueden recuperar su inversión hasta el final del plazo establecido.
  • Inversores cualificados: muchos AIF están diseñados exclusivamente para inversores profesionales o semiprofesionales, quienes deben demostrar experiencia financiera, aportar capital mínimo o superar evaluaciones de idoneidad.
  • Requisitos de transparencia: las gestoras están obligadas a proporcionar información detallada, como los objetivos de inversión, riesgos, costes y el informe anual del fondo. Esta información permite a los inversores tomar decisiones fundamentadas.

En el caso de plataformas como Hausera, que operan bajo el modelo de crowdlending inmobiliario, la regulación también es supervisada por la CNMV, pero se enmarca dentro de las normas aplicables a las plataformas de financiación participativa. Este modelo busca democratizar el acceso a inversiones tangibles, pero con un enfoque más directo y transparente.

Riesgos asociados a los fondos alternativos

A pesar de las mejoras regulatorias, los fondos de inversión alternativos siguen presentando riesgos importantes que los inversores deben considerar cuidadosamente. Estos son algunos de los principales riesgos:

Baja liquidezMuchos AIF invierten en activos tangibles, como inmuebles o infraestructuras, que no se pueden vender fácilmente en el corto plazo. Esto significa que los inversores deben estar preparados para comprometer su capital durante largos periodos.
Pérdida total del capitalEn caso de fracaso del proyecto o del activo subyacente, los inversores pueden perder todo el capital invertido.
ComplejidadLos AIF son productos financieros sofisticados que pueden ser difíciles de entender para los inversores menos experimentados. Esto aumenta el riesgo de tomar decisiones mal informadas.
Altos costesLas comisiones de gestión y otros gastos asociados a los AIF suelen ser más elevados que los de los fondos tradicionales, lo que puede reducir significativamente la rentabilidad final.
Riesgos de apalancamientoAlgunos AIF utilizan deuda para aumentar la rentabilidad del capital propio, lo que puede amplificar las pérdidas en caso de resultados negativos.

¿Qué considerar antes de invertir en un AIF?

Antes de invertir en un fondo de inversión alternativo, es esencial analizar detenidamente los siguientes aspectos:

  • Riesgos asociados: comprender los riesgos específicos del fondo y del activo subyacente, especialmente en el caso de fondos cerrados.
  • Liquidez: evaluar el tiempo durante el cual el capital estará comprometido y la posibilidad de recuperar, o no, la inversión anticipadamente.
  • Perfil del inversor: determinar si cumple con los requisitos para ser considerado inversor cualificado o semiprofesional.
  • Transparencia: verificar que la gestora proporcione toda la información necesaria, incluyendo costes, riesgos y estrategia de inversión.

Hausera ofrece una alternativa clara para invertir en activos tangibles de forma más accesible y transparente. Al facilitar la inversión en proyectos inmobiliarios específicos mediante inversión colectiva, Hausera permite diversificar carteras sin necesidad de realizar grandes aportaciones ni enfrentarse a estructuras complicadas. Este modelo combina claridad en la información con flexibilidad en las opciones de inversión, proporcionando mayor control a los usuarios. No obstante, es imprescindible analizar los riesgos asociados y contar con un conocimiento adecuado antes de tomar cualquier decisión de inversión.