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Crowdfunding para proteger tu dinero de la inflación

En los últimos años, el Banco Central Europeo (BCE) ha pasado de una política monetaria ultraexpansiva a una de endurecimiento progresivo. Entre mediados de 2023 y finales de 2024, subió los tipos de interés de referencia para frenar la inflación, alcanzando el 4 % en la Eurozona. Sin embargo, a lo largo de 2025 ha iniciado una bajada moderada, situando el tipo de depósito en el 3,25% en julio, con el objetivo de estimular el crecimiento sin reactivar las presiones inflacionistas.

En España, la inflación, que llegó a superar el 8% en 2022, se moderó al 3,4% en 2024 y en julio de 2025 se sitúa en torno al 2,7 % interanual, según el datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Aunque esta cifra está cerca del objetivo del 2 % del BCE, sigue afectando al valor real de los ahorros, sobre todo en productos bancarios con intereses inferiores a esa tasa.

Ante esta situación, muchos ahorradores, incluidos los que nunca habían invertido antes, buscan alternativas que ofrezcan rentabilidades reales positivas para proteger su patrimonio. Sin embargo, no todas las opciones resultan eficaces: las inversiones de bajo rendimiento o las que implican un riesgo excesivo no son adecuadas para el inversor medio que prioriza la preservación del capital.

El crowdfunding como posible escudo frente a la inflación

Los productos de inversión que hace 15 o 20 años eran considerados el pilar del éxito, como los depósitos a plazo o ciertos fondos tradicionales, ya no ofrecen la misma rentabilidad. Por ello, no sorprende que opciones más innovadoras, como el crowdfunding de inversión (también conocido como crowdinvesting), hayan ganado protagonismo en los últimos años.

En España, este tipo de financiación participativa ha crecido de forma notable, especialmente en sectores como el inmobiliario, las energías renovables o la financiación de pymes. La mecánica es sencilla: varios inversores aportan capital a un proyecto concreto, generalmente a través de plataformas autorizadas por la CNMV, y reciben de vuelta su inversión más un interés pactado en un plazo determinado.

La ventaja principal del crowdfunding en un contexto inflacionista radica en que suele ofrecer rentabilidades más altas que los productos bancarios tradicionales, con plazos cortos (entre 12 y 36 meses) y aportaciones mínimas accesibles, a partir de unos 500 € en muchas plataformas. Esto permite a los inversores con capital limitado acceder a oportunidades antes reservadas a grandes patrimonios, manteniendo flexibilidad para reinvertir o ajustar su estrategia.

No obstante, como en cualquier inversión, es recomendable optar por plataformas con una trayectoria contrastada y proyectos que hayan pasado una evaluación rigurosa por parte de expertos. En España, la regulación de la CNMV y la Ley de Financiación Participativa ofrecen un marco de protección adicional, aunque no eliminan el riesgo inherente de este tipo de inversiones.

Inversiones menos adecuadas para combatir la inflación

Algunas opciones tradicionales pierden atractivo en un entorno de inflación elevada:

Depósitos a plazo fijo, cuentas remuneradas y cuentas de ahorro

Aunque su seguridad es alta, sus intereses (en torno al 1% – 2,5% anual en España en 2025) siguen siendo inferiores a la inflación media, lo que implica una pérdida de valor real del capital.

Arte, joyas y objetos de colección

Sin conocimientos especializados, es difícil obtener beneficios sostenidos en estos mercados. Además, su baja liquidez puede obligar a mantener la inversión durante años antes de poder vender en condiciones ventajosas.

Oro y otros metales preciosos

Siguen siendo un refugio clásico, pero su cotización es volátil y no siempre evoluciona en paralelo a la inflación. Pueden servir como diversificación, pero no como estrategia única de protección.

Claves para evaluar si una inversión protege de la inflación

Los expertos recomiendan tener en cuenta tres aspectos esenciales:

  1. Diversificación: repartir el capital entre distintas clases de activos para reducir riesgos.
  2. Rentabilidad real: calcular siempre la rentabilidad descontando la inflación. Si es inferior, el capital pierde valor.
  3. Comprensión del activo: invertir solo en productos y sectores que el inversor conozca y pueda analizar.

En definitiva, el crowdfunding puede ser una herramienta útil para compensar los efectos de la inflación, siempre que se entienda su funcionamiento, se seleccione bien la plataforma y se diversifique la cartera de forma inteligente. En el contexto económico actual, donde la inflación sigue siendo un reto, esta modalidad de inversión se presenta como una alternativa cada vez más presente en las estrategias de los inversores españoles.

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