Los depósitos a plazo prometen intereses fijos, seguridad y previsibilidad financiera a medio y largo plazo. Pero, ¿son realmente adecuados para tu situación como ahorrador o inversor? ¿Y qué factores deberías tener en cuenta antes de contratar uno? A continuación, analizamos cada una de estas preguntas.
¿Qué es un depósito a plazo?
Un depósito a plazo es una inversión a corto o medio plazo en la que se entrega una cantidad de dinero a una entidad financiera, que la mantiene inmovilizada durante un periodo determinado o sujeto a condiciones específicas. A cambio, se recibe un tipo de interés, habitualmente superior al de las cuentas corrientes o de ahorro convencionales.
Existen dos modalidades principales de depósitos a plazo:
- Depósito a tipo fijo: con una duración pactada (por ejemplo, 12 o 24 meses).
- Depósito de ahorro con preaviso: sin vencimiento concreto, pero con obligación de notificar previamente la retirada del dinero.
Estos productos son ofrecidos por bancos y cooperativas de crédito. Las entidades suelen establecer un importe mínimo de inversión, habitualmente entre 500 y 2.500 euros. Los intereses se abonan de forma periódica (normalmente anual) y pueden cobrarse o reinvertirse, generando efecto de capitalización.
Diferencias entre tipos de depósitos a plazo fijo vs. con preaviso
Depósito a tipo fijo
El depósito a plazo fijo establece desde el principio un plazo determinado durante el cual no se puede retirar el dinero. A cambio, se aplica un tipo de interés garantizado que no varía aunque el mercado cambie. Esta estabilidad permite saber de antemano cuánto se ganará al final del periodo.
Al vencimiento, el capital se transfiere a la cuenta asociada. Sin embargo, en algunos casos el contrato puede incluir una renovación automática por el mismo plazo inicial, lo que puede implicar que el dinero quede bloqueado de nuevo. Es importante leer bien las condiciones para evitar una prórroga no deseada.
Depósito de ahorro con preaviso
Este producto también se denomina depósito disponible con preaviso. No tiene una duración fija, pero el titular debe avisar con antelación, normalmente entre 30 y 90 días, antes de retirar el dinero. Hasta que se comunique esa intención, el depósito continúa generando intereses.
Durante el periodo previo a la retirada, una vez activado el preaviso, el tipo de interés puede mantenerse fijo. En otros casos, el interés es variable, dependiendo del contrato. Este tipo de depósito ofrece algo más de flexibilidad que el depósito a plazo fijo, aunque suele ofrecer una rentabilidad algo inferior.
Está especialmente indicado para personas que no quieren comprometer su dinero por un plazo largo, pero tampoco necesitan liquidez inmediata. Como en el resto de depósitos bancarios, está protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos hasta 100.000 euros por titular y entidad.
Ventajas del depósito a plazo
Los depósitos a plazo son una de las opciones más conservadoras y seguras para los ahorradores. Sus principales ventajas incluyen:
- Seguridad: están respaldados por el Fondo de Garantía de Depósitos español, que cubre hasta 100.000 € por titular en caso de insolvencia de la entidad.
- Rentabilidad estable: al pactarse un tipo fijo, sabes desde el primer momento cuánto vas a ganar.
- Previsibilidad: no depende de la evolución de los mercados, por lo que es ideal para planificar objetivos financieros.
- Sencillez: no requiere conocimientos financieros avanzados ni seguimiento constante.
Inconvenientes del depósito a plazo
La principal desventaja es la falta de flexibilidad. Una vez contratado, el dinero no está disponible hasta el vencimiento o hasta que finalice el preaviso (según el tipo de depósito). La cancelación anticipada, si está permitida, suele implicar una penalización o pérdida de intereses.
Esto puede resultar problemático si surge una necesidad urgente de liquidez. Por ello, es fundamental no comprometer todo el capital y mantener un fondo de emergencia accesible en una cuenta remunerada.
Interés nominal vs. interés real
Aunque los depósitos ofrecen intereses fijos (nominales), la rentabilidad real depende de la inflación. Si la tasa de inflación es mayor que el tipo ofrecido, el poder adquisitivo del dinero disminuye, aunque el saldo de la cuenta crezca.
Por ejemplo, si tienes un depósito al 2% pero la inflación anual es del 4%, estarías perdiendo un 2% en términos reales. Por eso es importante evaluar el contexto económico antes de invertir.
Tras años de tipos bajos o nulos, el Banco Central Europeo ha subido progresivamente los tipos desde 2022 para frenar la inflación. Como resultado, los depósitos a plazo han vuelto a ofrecer intereses atractivos. A finales de 2022, algunos productos en España ya alcanzaban el 2% TAE, y en 2025 algunos bancos superan el 3% para plazos de 24 o 36 meses.
Aun así, si la inflación se mantiene alta, es posible que estos productos no cubran totalmente la pérdida de valor del dinero. Hay que considerar también las alternativas, como cuentas remuneradas o letras del Tesoro, que han ganado protagonismo recientemente en el mercado español.
Estrategia de escalonamiento o «escalera»
Una forma de optimizar la rentabilidad sin comprometer toda la liquidez es aplicar la estrategia de escalera. Consiste en dividir el capital en varias partes e invertirlas en depósitos con vencimientos distintos (por ejemplo, uno a 12 meses, otro a 24, otro a 36…)
Cuando vence el primero, puedes reinvertirlo al plazo más largo, aprovechando las mejores condiciones del momento. Así, cada año tienes una parte de tu dinero disponible y no te quedas atrapado con un único plazo largo si los tipos suben.
¿Qué debes tener en cuenta antes de contratar un depósito a plazo?
Antes de elegir un depósito, compara bien las condiciones entre entidades y ten en cuenta los siguientes aspectos:
- Importe mínimo de inversión: algunas entidades exigen desde 500€; otras, cantidades mayores.
- Ofertas para nuevos clientes: algunas promociones solo se aplican a nuevas contrataciones.
- Tipo de interés: compara no solo el nominal, sino también el TAE.
- Duración: asegúrate de que puedes mantener el dinero inmovilizado durante ese periodo.
- Pago de intereses: infórmate si se abonan al vencimiento o periódicamente.
- Fiscalidad: en España, los intereses tributan como rendimientos del capital mobiliario, con una retención del 19% (hasta 6.000€ anuales).
- Solvencia de la entidad: aunque exista garantía, conviene elegir bancos con buena reputación.
Recuerda también que puedes diversificar tu ahorro entre depósitos a plazo, cuentas remuneradas y otros productos seguros como la inversión inmobiliaria, para mantener un equilibrio entre rentabilidad, riesgo y liquidez.
Seguridad frente a flexibilidad: ventajas e inconvenientes del depósito a plazo