Durante mucho tiempo, los bonos de empresas medianas fueron considerados demasiado arriesgados, mientras que los bonos soberanos gozaban de la reputación de ser más seguros. Sin embargo, tras la crisis financiera de 2008, esta percepción cambió. Hoy en día, incluso las obligaciones corporativas forman parte de muchas carteras como elemento de diversificación.
Si estás pensando en invertir, hay varios aspectos importantes que debes tener en cuenta. Aquí te explicamos cómo funcionan los bonos corporativos y analizamos si realmente son una opción interesante para los inversores.
¿Qué son los bonos corporativos?
Los bonos corporativos, también conocidos como corporate bonds, son títulos de deuda emitidos por empresas para captar financiación sin necesidad de acudir a un préstamo bancario tradicional. Como inversor, al adquirir un bono corporativo le prestas dinero a la empresa emisora a un tipo de interés previamente pactado, convirtiéndote así en su acreedor.
Principales tipos de bonos corporativos
- Bonos industriales: emitidos por grandes compañías industriales. En muchos casos se utilizan como sinónimo de bonos corporativos en general.
- Bonos de medianas empresas: emitidos por pymes. Tienden a ofrecer un rendimiento más alto debido al mayor riesgo asociado.
- Bonos de bancos y aseguradoras: instituciones financieras también emiten bonos para captar recursos.
- Bonos subordinados: en caso de insolvencia de la empresa emisora, estos bonos se pagan después de satisfacer a otros acreedores. Por su mayor riesgo, suelen ofrecer intereses más altos.
Negociación en mercados secundarios
Como inversor, puedes adquirir bonos directamente en el momento de su emisión o comprarlos y venderlos posteriormente en mercados como la Bolsa española, a través de tu banco o bróker. El precio de estos bonos en el mercado, conocido como valor de cotización, puede estar por encima o por debajo del valor nominal según la oferta y la demanda.
En España, la negociación de bonos corporativos está regulada y existen plataformas específicas como el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) que facilita la financiación de empresas medianas.
Términos clave sobre bonos corporativos
Antes de invertir, es fundamental familiarizarse con ciertos conceptos:
- Valor nominal: es la cantidad que el emisor se compromete a devolver al vencimiento del bono.
- Cupón: intereses periódicos que paga la empresa emisora durante la vida del bono. Puede ser fijo o, en algunos casos, variable.
- Vencimiento: fecha en la que la empresa debe devolver al inversor el valor nominal.
- Valor de cotización: precio al que se negocia el bono en el mercado secundario. Si vendes un bono por encima de su valor nominal, obtienes un beneficio; si lo haces por debajo, asumes una pérdida.
- Volumen de emisión: coste total que la empresa ha captado mediante la emisión de bonos.
- Calificación crediticia: evaluación de la solvencia de la empresa realizada por agencias internacionales como S&P (Standard & Poor’s), Moody’s o Fitch Ratings. Estas agencias asignan una nota que indica el riesgo de impago del bono: los bonos con calificación elevada (grado de inversión) son considerados menos arriesgados, mientras que los de menor calificación, conocidos como high yield o bonos basura, implican un riesgo mayor y, generalmente, una rentabilidad más alta.
¿Cómo se determina la rentabilidad?
La rentabilidad de un bono corporativo depende de varios factores:
- Cupón: interés pactado.
- Plazo: cuanto mayor sea la duración, mayor suele ser la rentabilidad potencial (y también el riesgo).
- Precio de compra y venta: si adquieres un bono por debajo de su valor nominal y lo mantienes hasta el vencimiento, obtendrás un rendimiento adicional.
- Factores externos: cambios en los tipos de interés, la situación económica y la divisa (si el bono no está denominado en euros).
Ventajas y riesgos de los bonos corporativos
Ventajas | Riesgos |
---|---|
Rendimiento potencial Suelen ofrecer una rentabilidad más alta que los bonos del Estado, especialmente en emisores con mayor riesgo. | Riesgo de crédito Existe la posibilidad de que la empresa emisora no pueda devolver el capital o los intereses. |
Diversificación Permiten añadir una nueva clase de activo a tu cartera para distribuir mejor el riesgo. | Riesgo de liquidez No siempre es fácil vender un bono antes del vencimiento, sobre todo en emisiones de pymes. |
Ingresos periódicos Muchos bonos pagan intereses regulares (cupón), lo que puede ser atractivo si buscas flujo de caja constante. | Riesgo de tipos de interés Si los tipos de interés suben, el valor de los bonos existentes tiende a bajar en el mercado secundario. |
¿Merecen la pena los bonos corporativos?
La respuesta depende de tu perfil inversor. Los bonos de grandes empresas con buena calificación crediticia pueden ser un complemento interesante para una cartera conservadora. Sin embargo, los bonos de empresas medianas o subordinados, por su complejidad y riesgo, solo son recomendables para inversores experimentados que entiendan bien las posibles pérdidas.
Un aspecto a tener en cuenta en España es la alta denominación mínima de muchos bonos corporativos (a menudo 100.000 €), lo que los hace poco accesibles para pequeños inversores. Una alternativa más asequible son los fondos de renta fija o los ETFs de bonos, que permiten diversificar desde importes mucho menores (a partir de unos 50 €).
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