Los Fondos de Inversión Inmobiliaria Abiertos (FIBRAs o REITs en inglés) agrupan el capital de los inversores y lo destinan a la adquisición y gestión de inmuebles. Estos fondos suelen invertir en diversos proyectos inmobiliarios, frecuentemente con un enfoque regional o temático, mientras que la selección y administración de las propiedades corre a cargo de la sociedad gestora del fondo.
Ventajas de los fondos inmobiliarios abiertos
Con esta modalidad, los inversores pueden acceder a un portafolio inmobiliario diversificado incluso con cantidades de inversión relativamente bajas. Además, los REITs ofrecen distribuciones periódicas de beneficios y sus participaciones pueden ser negociadas libremente en la bolsa, brindando flexibilidad. No obstante, es necesario cumplir con periodos iniciales de bloqueo y permanencia de 24 y 12 meses, respectivamente, durante los cuales no es posible vender las participaciones.
Costes y horizonte de inversión
Esta forma de inversión suele implicar elevados costes iniciales y de transacción. Aunque las inversiones inmobiliarias tienden a experimentar revalorizaciones constantes y estables, los inversores deben considerar un horizonte de inversión a largo plazo. Esto es fundamental para que los rendimientos generados puedan superar los costes iniciales y comenzar a obtener beneficios. Además, los gastos corrientes del fondo pueden ralentizar el crecimiento positivo de la rentabilidad.
Fondos de Inversión Inmobiliaria Abiertos (FIBRAs)