En los últimos años, el interés por las inversiones alternativas va en aumento. Según un informe de FundsPeople, más del 70 % de los gestores de fondos planean aumentar su exposición a estos activos, especialmente en sectores como inmobiliario, capital privado y deuda. Además, la CNMV ha destacado el auge de plataformas de financiación participativa como vía creciente para que los pequeños inversores accedan a este tipo de oportunidades. Todo apunta a que esta tendencia se mantendrá en los próximos años, impulsada por la digitalización, la búsqueda de rentabilidad y la necesidad de diversificación.
¿Qué son las inversiones alternativas?
Las inversiones alternativas hacen referencia a todos aquellos productos financieros que no pertenecen a las categorías tradicionales como acciones, bonos o fondos cotizados. No se trata de una clase de activo concreta, sino de un conjunto de estrategias y vehículos que se alejan de lo convencional y ofrecen otras formas de generar rentabilidad.
Estos productos suelen tener perfiles de riesgo y retorno distintos a los tradicionales. En muchos casos, ofrecen una rentabilidad potencial superior, aunque también conllevan una mayor complejidad en su análisis y una menor liquidez. Algunos ejemplos incluyen:
Hedge funds | Fondos que emplean estrategias de inversión sofisticadas y no convencionales. |
Private Equity | Capital privado invertido directamente en empresas no cotizadas. |
Infraestructuras | Inversiones en energías renovables, transporte o edificios públicos. |
Materias primas | Como oro, metales industriales, petróleo o productos agrícolas. |
Real Estate | Inversión directa o indirecta en activos inmobiliarios. |
Otros activos alternativos | Como arte, vino, relojes de lujo, patentes o incluso bosques. |
¿Por qué crecen las inversiones alternativas?
Son varios los factores que explican este auge. Aquí te resumimos las cinco principales razones por las que cada vez más personas, incluidos pequeños inversores, apuestan por este tipo de activos:
1. Huir de los bajos tipos de interés
Durante años, la política monetaria ha mantenido los tipos de interés en niveles históricamente bajos, reduciendo la rentabilidad de productos como los depósitos o los bonos públicos. Esto ha llevado a muchos inversores a buscar alternativas más rentables, aunque asuman algo más de riesgo.
2. Reducir la dependencia del mercado bursátil
La volatilidad de las bolsas, agudizada por crisis geopolíticas o eventos como la pandemia, ha generado incertidumbre. Muchos inversores buscan alternativas menos correlacionadas con el mercado de acciones, que les permitan estabilizar su cartera.
3. Diversificar frente a mercados interconectados
Hoy en día, los mercados financieros están tan globalizados que la diversificación geográfica ya no ofrece la protección que ofrecía hace años. En cambio, las inversiones alternativas pueden actuar como contrapeso frente a los ciclos tradicionales del mercado.
4. Mayor accesibilidad para pequeños inversores
Antes, acceder a estos activos requería grandes sumas de dinero y contactos en la industria financiera. Ahora, gracias a las plataformas digitales y a la regulación europea (como los fondos UCITS), cualquier persona puede invertir en estrategias antes reservadas a profesionales.
5. Nuevas oportunidades a través del crowdfunding
El auge de las fintech ha cambiado la forma en que se accede a la inversión alternativa. Uno de los ejemplos más claros es el crowdfunding inmobiliario, que permite participar en proyectos reales con cantidades reducidas, sin necesidad de comprar una propiedad completa.
Crowdfunding y crowdlending inmobiliario
Uno de los mejores ejemplos del crecimiento de las inversiones alternativas lo encontramos en el sector inmobiliario. Aunque los fondos cotizados del sector (REITs) existen desde hace tiempo, no permitían a los pequeños inversores acceder directamente a proyectos concretos con control sobre su inversión.
Con la llegada del crowdfunding y, especialmente, del crowdlending inmobiliario, esa barrera se ha reducido. Plataformas como Hausera permiten invertir desde tan solo 100€ en proyectos inmobiliarios de forma accesible, transparente y sin comisiones ocultas. Se trata de un modelo en el que muchos invierten capital de forma colectiva para financiar operaciones que, individualmente, estarían fuera de su alcance.
A diferencia del crowdfunding tradicional (donde se pueden obtener recompensas o participaciones en una empresa), el crowdlending inmobiliario ofrece una rentabilidad fija previamente pactada, ya que el inversor actúa como prestamista. Esta previsibilidad lo convierte en una opción muy atractiva para diversificar una cartera sin estar expuesto a los vaivenes del mercado bursátil.
5 razones por las que las inversiones alternativas ganan terreno